martes, 23 de noviembre de 2010

La resurrección de Martín Esparza

El universal | Historias de reportero | Carlos Loret de Mola | Martes 12 de octubre de 2010 
Gracias al futbolista Cuauhtémoc Blanco, el gobierno federal pudo tomar y liquidar Luz y Fuerza del Centro. La estrella de la Selección de futbol anotó contra El Salvador la tarde del 10 de octubre del año pasado y dio a nuestro país su pase a Sudáfrica. Esa noche, los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas estaban en el grito de “¡Nos vamos al Mundial!” cuando, en un operativo que se había preparado desde dos años antes, la Policía Federal ocupó las instalaciones de la empresa encargada de suministrar energía al corazón geográfico nacional.

Fue un golpe contundente. La Comisión Federal de Electricidad absorbió las funciones de LFC y, sin un rasguño, el presidente Felipe Calderón consiguió lo que Salinas, Zedillo y Fox quisieron hacer, pero recularon por temor a que se generara un movimiento social que se les saliera de control, conociendo la aguerrida historia del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Desde esa noche de hace un año, el SME ha estado buscando un muerto en sus filas, sea llevando al extremo una huelga de hambre, sea confrontando físicamente a la autoridad en las calles de la capital del país. No lo ha conseguido.
Desde esa noche de hace un año, el gobierno federal ha estado buscando aniquilar al SME. Tampoco lo ha conseguido: la CFE sigue batallando con la facturación y los cortes de luz, y el movimiento de electricistas —animado por López Obrador, asociado con Marcelo Ebrard y respaldado por Enrique Peña Nieto— está por beneficiarse de un reimpulso político y económico que lo posiciona para insertarse en la sucesión presidencial de 2012.
El SME tendrá que realizar otra elección de dirigencia y la va a ganar fácilmente Martín Esparza: sus opositores ya no tienen derecho a voto, pues aceptaron la liquidación ofrecida por el gobierno federal y él mantiene a sus órdenes a una reserva nada despreciable de aproximadamente 15 mil trabajadores jubilados y despedidos sin liquidar. No necesita hacer fraude electoral para ganar.
Y como su elección puede ser limpia, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, tendrá que darle la “toma de nota” que lo reconocerá oficialmente como líder sindical y le dará acceso a las cuentas bancarias —extraoficialmente calculadas en 50 millones de pesos— y a los activos fijos que puede transformar en cash para mantener vivo al movimiento, aun cuando la empresa esté muerta —versiones periodísticas valúan en 6 mil millones de pesos los inmuebles propiedad del SME, entre edificios, instalaciones y centros deportivos.
Políticamente reconocido y económicamente reforzado, Martín Esparza y el Sindicato Mexicano de Electricistas se alistan, a un año de la toma de Luz y Fuerza del Centro, para dar la “madre de todas sus batallas” en el 2012, con un discurso infectado de insultos y agresiones verbales que diluye el fondo de su exigencia. Otro foco rojo.

Seguidores